Biofilia
El artista Oscar Leone propuso para su laboratorio en la ciudad de Leticia, en esta ocasión de un carácter más íntimo y de exploración personal, un espacio para conectar narrativas ancestrales con el resguardo Tikuna-Uitoto, en territorio amazónico. A diferencia de los otros talleres, en los que él se acercaba a una comunidad, el camino acá fue el contrario: sería una comunidad que lo acogería y le enseñaría su cosmología para que él pudiera, a su vez, transmitirla desde su propuesta artística.
Leone propuso, entonces, un diálogo con los adultos de la comunidad que, desde sus historias, leyendas y tradiciones, le permitiera entender la profundidad de lo que la selva es como contenedora de experiencias.
Para este propósito, tanto el artista como la Agencia Cultural del Banco de la República en Leticia establecieron anticipadamente contacto con los líderes del resguardo para que el intercambio de saberes se diera de una manera respetuosa y armónica. El artista se relacionó, finalmente, con un par de sabios que le permitieron entrar en la selva de su mano y poder así preguntarle a la naturaleza, por intermedio de ellos, ideas sobre el hombre y su relación con el mundo. Dichas conversaciones introspectivas con estos mayores serían la base creativa para las intervenciones performáticas del artista en la selva.
El laboratorio concluyó con la exhibición de varias piezas videográficas que se grabaron en los espacios sugeridos por la comunidad, con el sonido de la naturaleza de fondo y las voces de los relatos proporcionados en el intercambio de saberes. Fue así como Óscar Leone logró establecer un nuevo vínculo con la naturaleza, usando su cuerpo como herramienta y la performance como escenario de convergencia entre la comunidad, el pasado, la naturaleza y el arte.
Materias Materiales
Centro Cultural de Popayán
“Este proyecto asume la palabra como su punto de partida, como capaz de enlazar las cosas, capaz de nombrar la materia y ponerla en la escena de los pensamientos… La palabra que está viva y que se vuelve actos, y que tiene la capacidad de convocar o ahuyentar las fuerzas que nos reconocen hijos del espacio”.
Esta fue la premisa con la que Óscar Leone inició su laboratorio en Popayán, donde sería la palabra la que se preguntaría por la tierra, esa que se ha usurpado, cultivado y transformado a lo largo de nuestra historia. A partir de su preocupación por los cambios ambientales y los permanentes conflictos alrededor de la tierra en el departamento del Cauca, el artista propuso un espacio relacional con diversas poblaciones que desde tiempos ancestrales han convivido con la naturaleza, buscando impactar en ella lo menos posible intentando trasladar el discurso político al terreno del arte.
Allí se fortalecieron, en consecuencia, las relaciones entre la palabra, la acción corporal y la naturaleza. Cada cual escribió su propio relato sobre el significado de la tierra y cada quien hizo su propia propuesta performática acerca del tema. Tanto los registros de las acciones como el material fotográfico realizado durante el laboratorio se expusieron en la sede del Banco de la República en Popayán.