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Centro Cultural de Leticia
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El artista

Desde la motivación por el conocimiento de las culturas ancestrales, la historia y la arquitectura, Diego Samper ha trabajado cerca de 40 años alrededor de estos temas. Estos lo llevaron a principios de la década de los noventa a fundar una casa editorial especializada en dichas materias, experiencia que sirvió de inspiración para crear en los últimos años la Fundación Calanoa, una reserva ubicada en Leticia que promueve la conservación cultural y biológica de las especies de la selva tropical amazónica que ha sido su musa y le ha permitido desarrollar su obra, primordialmente fotográfica, desde el contacto y conocimiento de la selva, la biodiversidad y los habitantes de zona remota de Colombia.

Actualmente se dedica a trabajar por su fundación junto a su esposa y continúa explorando lenguajes artísticos como la pintura, el cine, el sonido y la fotografía.

 

Pintura mural Mocagua, en el barrio Victoria Regia

Los rezagos de la cultura ancestral de un pueblo como el tikuna, en Mocagua,acompañaron el encuentro y fructífero diálogo entre el artista Diego Samper, su Fundación Calanoa y la Agencia Cultural del Banco de la República, sede Leticia, en el marco de la Obra Viva 2013. En sincronía con las labores comunitarias de la región, Calanoa centró su investigación en el entorno social circundante de la Biblioteca del Banco de la República en Leticia y reconoció entre los vecinos del barrio Victoria Regia a personas pertenecientes a distintas comunidades étnicas, al igual que familias de países fronterizos como Brasil o Perú y colonos llegados de otros lugares de Colombia.

Así mismo, identificó problemas relacionados con su ubicación y la imposibilidad de su traslado debido a los escasos recursos económicos tanto de la Gobernación como de sus habitantes, además del arraigo de estos últimos a su lugar de residencia. Como caserío a la orilla del río Amazonas, su arquitectura es palafítica y las paredes de sus casas son de madera. Los treinta hogares de los que consta el barrio con nombre de la reina se conectan a través de un puente que actúa de arteria principal, espacio que se juzgó apropiado para la intervención artística.

Diego Samper dirigió varios talleres de pintura mural con líderes de la población y algunos entusiastas habitantes del barrio, gracias a los cuales lograron intervenir veintinueve fachadas del Victoria Regia. Lo hicieron con la colaboración de artistas comunitarios quienes con plantillas y algunas sencillas clases de pintura les enseñaron a los propietarios a pintar las fachadas de sus casas. Y fueron estos quienes escogieron los colores, los temas relacionados con biodiversidad amazónica y la pintura de Mocagua que querían desarrollar.

Esta labor permitió una mayor visibilización de las personas de este barrio con todo el vecindario, dando a conocer su cosmovisión y esa relación particular que tienen los habitantes con el río. La intervención estuvo además acompañada de jornadas de recolección de basuras, que llevaron a una concientización sobre la estética de la comunidad y una búsqueda por reconocer de una manera más clara las identidades de esta comunidad. Fue una reivindicación de ellos mismos con su cultura ancestral. El proyecto también fue presentado por medio de una serie de fotografías realizadas por Diego Samper en la Biblioteca del Banco de la República, sede Leticia.

 

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