El artista
Nacido en la ciudad de Ibagué, Jairo Andrés Vergara es fotógrafo, filósofo, director de cine y realizador audiovisual. Ha desarrollado diversos proyectos con fines artísticos y publicitarios, y ha sido colaborador de artistas como María Elvira Escallón.
Su obra está compuesta en su mayoría por fotografías y ha formado parte de exposiciones como la “Noche en blanco” (2013), “Imagen regional 8” (2015) y el “Open Estudio de Cooperartes”. Vive y trabaja en la ciudad de Bogotá.
Imaginarios
Lamentablemente, cada día hay menos imágenes y fotografías que circulen en nuestras manos de manera física. Tras la aparición de las redes sociales, la fluidez y circulación de las imágenes en estos escenarios virtuales han ido dejando de lado los elementos que antes poseían importancia en la cotidianidad, la relación de intimidad con el objeto que vincula un sentimiento o un instante que representa algo para cada cual.
Retomar los fundamentos de la fotografía y su materialidad es uno de los objetivos que Jairo Andres Vergara pretende alcanzar con el taller que dicta. “Para mí, son muy importantes la materialidad de la fotografía, los antiguos procesos analógicos y, en general, la posibilidad de tener injerencia en todos los pasos de la creación y materialización de una imagen. Considero que la mayoría de las imágenes que vemos en una pantalla son imágenes incompletas, que necesitan un sustrato”. Por tal motivo, en su taller unió el dibujo, la fotografía analógica y el collage, técnicas con las que se realizó procesos que permitían obtener imágenes tangibles que se podían intervenir.
La interacción con los procesos analógicos de la fotografía atrajo a un buen número de participantes en el taller, en el que se hicieron ejercicios conceptuales sobre la creación de imágenes. Para él como tallerista, fue importante que no se perdieran las dos ideas fundamentales que integraban su propuesta: “Por un lado, busca socavar en la memoria colectiva y en esas imágenes que definen nuestra mirada, y por el otro, busca que las personas que participen tengan una experiencia con la fotografía como objeto físico y su materialidad”.
De estos procesos experimentales salieron imágenes que tomaban fuerza según la técnica empleada; se probaron imágenes que inicialmente eran dibujos, luego fotografías y, por último, collages. Al final, cada participante decidía qué soporte se iba a exponer en el hall del edificio del Banco de la República en Valledupar, siendo esta la socialización y cierre del proyecto.