Las colecciones patrimoniales del Museo del Oro del Banco de la República continúan creciendo gracias a la cesión o entrega de tenencia por parte de privados de diferentes objetos de gran valor histórico y cultural. En esta ocasión la esposa y los herederos de Etienne Ramos-Esteban, de nacionalidad francesa, conocedor de arte, quien mientras vivió en Colombia fomentó los lazos culturales colombo-franceses y fue activo en múltiples labores solidarias, cedieron en honor a su esposo y padre 187 objetos de Tumaco, Nariño, Alto Cauca, Calima, Quimbaya, Zenú, Tairona y Muisca al Banco de la República. El Museo del Oro se encargará de cuidar, restaurar, investigar y exhibir las piezas de esta colección para beneficio de todos y el conocimiento de las múltiples historias de un país diverso y multicultural.

Toma nota:

  • La ley permite las colecciones privadas, pero exige que se registren ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y se cuente con las condiciones apropiadas para su seguridad, conservación y acceso al público. Pero no hay duda de que el patrimonio -un símbolo de nuestra identidad- tiene más sentido cuando está en colecciones públicas abiertas a todos, y donde expertos lo estudian y lo dan a conocer.
  • Como parte de la labor cultural del Banco de la República en todo el país, hay seis Museos del Oro permanentes en Santa Marta, Cartagena, Armenia, Cali, Pasto y Leticia, además del de Bogotá.

     

La Constitución colombiana determina que todo el patrimonio arqueológico, aún el que se encuentra en manos o dentro de propiedades privadas, pertenece a todos los colombianos, a la Nación. Los herederos de Etienne Ramos-Esteban y su esposa, Olga Chávez, expresaron su voluntad de entregar la colección al Banco de la República para que hiciera parte de las colecciones arqueológicas que custodia el Museo del Oro.  Al ceder su tenencia de esta colección, la familia Ramos-Esteban  se llevó del Museo del Oro algo más valioso: la satisfacción de haber honrado la memoria de su esposo y padre y la emoción de servir de nuevo solidariamente en su nombre a su país de acogida, puesto que los 187 objetos de Tumaco, Nariño, Alto Cauca, Calima, Quimbaya, Zenú, Tairona y Muisca ahora podrán preservarse para que investigadores, curadores y miles de visitantes encuentren en ellos las múltiples historias de un país diverso y multicultural.



 

Sobre la cesión de una colección arqueológica

Las imágenes registran el instante final de un proceso largo y feliz. El proceso de cesión de tenencia implica el desplazamiento de los curadores a conocer la colección; su manejo por parte de la familia, así como el entendimiento de los términos legales -en lo que colaboraron la firma de abogados Lozano Vila & Asociados y Paralelo 10, gestora y consultora de arte-; la comparación de cada pieza con otras de la colección para reconocer su importancia, o con otras de colecciones ajenas para evitar alguna pieza dudosa; consultas con expertos; empaque y traslado; concepto técnico sobre posibilidades de restauración; la aprobación del comité consultor externo, así como la aprobación de las directivas del Banco de la República para incluirlas en los seguros y en futuros proyectos. Y la aprobación del ICANH, entidad gestora del patrimonio arqueológico, para que el Museo u otra entidad reciba y conserve los objetos.

 


De los 187 objetos seleccionados, 176 son de cerámica, 7 de piedra, 1 de concha, 1 de madera y 2 de metal. 80 fueron identificados como pertenecientes a la tradición Tumaco-La Tolita; 61 a las del Altiplano Nariñense; 13 a las de la región Calima; 10 a las del Cauca Medio; 9 a las de la Cordillera Oriental; 8 a la de las Llanuras del Caribe; 5 a la de la Sierra Nevada de Santa Marta y 1 a la del Alto Cauca. La diversidad de formas y decoraciones, particularmente en las cerámicas de la tradición Tumaco-La Tolita, de las cuales no existía una buena muestra en el Museo, ofrecen una oportunidad para ampliar el conocimiento acerca de la producción simbólica e iconográfica en distintas regiones y para su divulgación en exposiciones.

Por sus cualidades culturales y estéticas, su potencial museológico y su estado de conservación, estos materiales contribuirán significativamente a la curaduría de exposiciones del Museo del Oro, tanto las permanentes en Bogotá y en los museos del oro regionales, como las itinerantes nacionales e internacionales que representan nuestra diversidad ante Colombia y el mundo.

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Crecen las colecciones patrimoniales del Museo del Oro